Los duelos y ciclos
Decir adiós a lo que fue, es tan intenso como la intensidad de los momentos vividos. Sin embargo, cuando lo hacemos conscientes que la vida sigue su curso y que no podemos aferrarnos a las cosas, etapas o personas por el simple hecho de respetar la libertad de elección de las mismas o por haberse cumplido el ciclo por el cual estuvieron presentes en nuestra vida, nos abrimos a recibir la paz por estar en gracia y agradecimiento con ellas y nos damos la oportunidad también, de seguir hacia adelante ante todas las posibilidades que tenemos y las cuales podemos recibir en y con amor. Es una forma también de honrar y tener gratitud por aquellos momentos espectaculares que vivimos con aquellas personas y cosas que hoy ya no están en nuestras vida, y los cuales se nos quedan en nuestros corazones. Constantemente estamos abriendo y cerrando ciclos, pasamos de bebés a niños, de ahí a la adolescencia, la adultez, la vejez y en cada una de estas etapas pasamos duelos por la mera transición de cada una de ellas, y a su vez en cada una de estas etapas hay personas, cosas, eventos y otras etapas que forman parte de nuestra vida y que las tenemos que dejar ir y decirles adiós para generárnos más duelos y transiciones. Lamentablemente nadie nos enseña como asimilar estos duelos y ciclos por lo que si no hay un proceso de concientización de los mismos es muy fácil caer en situaciones de ansiedad, depresión, frustración extrema y en casos graves hasta decisiones fatales. Será cuestión de decisión cómo queremos recibir y darle paso a estas etapas inevitables de nuestra vida, con amor y gratitud o frustración y resentimiento.