Suicidio. ¿Cómo prevenirlo?
La Consejería de Sanidad de Madrid, publicó recientemente una guía para familiares, para favorecer la detección y prevención de la ideación suicida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los intentos de suicidio como: Aquellas situaciones en las que la persona a cometido un acto que amenaza su vida con la intención de poner su vida en peligro o con la apariencia de dicha intencionalidad. Esto incluye actos interrumpidos por otros antes de que el daño se produzca Para prevenir el suicidio es muy importante saber detectar la ideación suicida, que puede ser definida como un continuo en cuanto al grado de concreción y recurrencia de un plan para materializar la propia muerte, que iría desde ideas más o menos vagas acerca de que la vida, el mundo y el futuro no tienen sentido o valor, hasta plantes concretos y permantentes para matarse y una presencia permanente de la intención de matarse. El suicidio y sus tentativas es un problema de salud pública muy grave. El suicidio en los países industrializados está entre las diez primeras causas de muerte, y en los grupos de edad de 15-24, ocupa entre la segunda y la tercera causa, en el grupo de edad de 35-45 años de edad, la cuarta causa de muerte, y entre los 45-65 años, entre la quinta a la octava causa de mortandad. A pesar de estas cifras, el suicidio en muchas ocasiones puede prevenirse. La guía destaca que la sociedad está plagada de numerosos conceptos erróneos sobre la conducta suicida en los que es relativamente fácil caer. Entre ellos podemos señalar los siguientes: Preguntar a una persona si está pensando en suicidarse, puede incitarle a hacerlo. Sin embargo, está demostrado que preguntar y hablar con la persona sobre la presencia de pensamientos suicidas, disminuye el riesgo de cometer el acto. Por tanto, se recomienda preguntar y escuchar a nuestro familiar sobre sus pensamientos y emociones relacionadas con la conducta suicida aliviará su tensión. Es muy importante que adoptemos una disposición de escucha auténtica y respeto, lo que le indicará que nos preocupa y que deseamos ayudarle. Discutir o minimizar estas ideas es una actitud equivocada. La persona que expresa su deseo de acabar con su vida nunca lo hará. Sin embargo, con frecuencia, la mayor parte de las personas que han intentado suicidarse, previamente expresaron su intención con palabras, amenazas, gestos o cambios de conducta. Por ello se recomienda no considerar estas verbalizaciones como un alarde, chantaje o manipulación de la persona para la obtención de un fin determinado. A la hora de detectar si una persona presenta riesgo de suicidio, hay que presentar atención a una serie de señales verbales y no verbales: Señales verbales: Comentarios negativos acerca de sí mismo: No valgo para nada. Comentarios negativos acerca de su vida: Toda mi vida ha sido inútil, Soy una carga. Comentarios negativos acerca del futuro: Las cosas no van a mejorar nunca. Comentarios relacionados con la muerte: Quiero descansar, Yo sé como dar solución a esto Despedidas verbales o escritas: Que sepas que siempre lo has hecho bien conmigo, Señales de alerta no verbales: Cambios repentinos de conducta como: volverse más irritable mostrar gran calma tras un periodo de gran agitación. En este caso lo que parece una señal de tranquilidad puede conventirse en una señal de riesgo inminente. Regalar objetos muy queridos, cerrar asuntos pendientes o preparar documentos como testamentos, seguros de vida. En estos casos las principales estrategias que recomiendan son las siguientes: Tener a mano los teléfonos de urgencia o ayuda. Limitar el acceso a todos los medios a través de los que puede lesionar, como cuchillos, pastillas, balcones, etc… No dejarlo solo, establecer turnos para que siempre esté acompañado. Preguntarle acerca de la ideación suicida, no juzgándole, tomándolo en serio pero sin entrar en pánico, siendo amable y analizando con él los motivos que le llevan a esa determinación.